- El Ayuntamiento se pliega a las exigencias del Gobierno Regional y planea retirar el contencioso, gastando más dinero y sin recibir contraprestación alguna.
- Renuncia así a defender un proyecto más ambicioso y mejor planificado que hubiera protegido las zonas medioambientalmente más sensibles.
El PSIR de Vallegón es un ejemplo lamentable de crecimiento industrial insostenible, además de una demostración de soberbia por parte de sus promotores, Gobierno de Cantabria y Junta Vecinal de Sámano, quienes, finalmente, se han aprovechado de la necedad de un Ayuntamiento dirigido por un equipo de gobierno que termina su angustiosa legislatura con un pésimo negocio para los ciudadanos de Castro Urdiales. Vamos a intentar explicar lo que las administraciones pretenden ocultar con este PSIR, la primera fase, que extiende el actual polígono industrial en 165 mil m2 hacia la Cava, el río Tabernillas, y la peña de Santullán.
En julio de 2007 la Plataforma para Salvar la Peña, las asociaciones del valle de Sámano, SEO Bid Life y el propio Ayuntamiento, presentaron alegaciones a esta primera fase del PSIR, aduciendo que su desarrollo suponía una agresión ambiental irremediable sobre zonas protegidas por el Plan General: la Cava, el soto fluvial del río Tabernillas, y las faldas norte y sur de la Peña de Santullán, zonas que lindan con el área de protección del castro prerromano de la Peña de Sámano.
La Plataforma no sólo denunció el proyecto, sino que presentó una alternativa en la que se ordenaba la totalidad del PSIR, un millón de m2, extendiendo el desarrollo industrial justamente en dirección contraria, desde Vallegón hacia Helguera, permitiendo que las cesiones de zonas verdes formarán una zona de protección del río Tabernillas y la peña de Santullán; algo que parecía cargado de sentido común, pues no solo se promovía más suelo industrial sino que además se desarrollaba de forma más respetuosa con el medio ambiente. Esta propuesta fue explicada al PSOE local y a la Junta Vecinal de Sámano; sin embargo, lo planes del gobierno de Cantabria no se iban a detener porque un puñado de ciudadanos se mostraran cargados de razón. Quien aparentemente lo entendió fue el equipo de gobierno que, a instancia de la Plataforma, recurrió al juzgado de lo contencioso previa autorización del pleno del Ayuntamiento. El problema que ha ocasionado este PSIR es de enorme importancia, pues no sólo se pone en cuestión una ordenación adecuada del suelo industrial, o el enorme impacto ambiental que están sufriendo zonas de altísima calidad ecológica; lo que está en cuestión es la propia competencia municipal que ha sido burlada de forma flagrante por el gobierno de Cantabria, y entre ellas un aspecto de enorme alcance económico como es el hecho de que el aprovechamiento urbanístico, el 15 % del suelo edificable, no es para el Ayuntamiento, sino para el gobierno de Cantabria.
Conviene saber que los polígonos industriales en Cantabria, por ejemplo, en Camargo o en Torrelavega, están promocionados conjuntamente por el propio gobierno autónomo y los ayuntamientos. Llama la atención que en Castro, el Sican apartara deliberadamente al Ayuntamiento, un comportamiento contrario a las normas constitucionales que exigen la colaboración y coordinación entre las administraciones.
Sorprendentemente, cuando el recurso contencioso se encuentra en la fase de presentación de pruebas periciales y a punto de someterse a juicio, el Ayuntamiento da marcha atrás; este cambio de postura sobrevenido es propio de políticos pusilánimes que, ahora lo sabemos, nunca creyeron en el ejercicio de los derechos que le asisten al Ayuntamiento. Cuatro años después de humillar al Ayuntamiento, el Gobierno de Cantabria, preocupado por los efectos de una sentencia contraria a este proyecto, le pide que retire el contencioso, so pretexto de que éste es una amenaza seria para las empresas que quieran instalarse en el polígono.
Ayuntamiento y Sican firmarán un convenio que obliga al primero a desistir del contencioso y aportar 500.000 € para obras de urbanización
Resulta grotesco que sea ahora el gobierno de Cantabria quien pida al Ayuntamiento coordinación para acelerar la puesta en marcha del polígono industrial. Pero es aún más llamativo el allanamiento del Ayuntamiento a estas pretensiones, cuando de ello sólo van a resultar pérdidas, pues la expectativa de favorecer la instalación de empresas es independiente de que al Ayuntamiento firme o no este convenio. El Ayuntamiento ni siquiera obtiene una parte del 15% de aprovechamiento del suelo que se queda íntegramente el Sican. De este modo, cuando el polígono esté entregado y el Ayuntamiento necesite al menos una parcela para construir una nave para resolver sus necesidades de almacenamiento, tendrá que comprarle dicho suelo al Sican, como si fuera cualquier empresario o promotor.
El señuelo para que el equipo de gobierno cambie de actitud de forma tan torpe es el de los puestos de trabajo. Todo el mundo quiere correr a hacerse la foto inaugurando este polígono antes de las elecciones de mayo, anunciando la supuesta instalación de nuevas empresas (algo que por el momento sucede de forma bastante escasa). En estas circunstancias el equipo de gobierno no quiere cargar con la responsabilidad de que se les señale como causantes de entorpecer la creación de puestos de trabajo. Todo el mundo parece olvidarse de que las asociaciones y el Ayuntamiento habían ofrecido una alternativa que desarrollaba suelo industrial con capacidad para resolver las necesidades durante décadas para la instalación de empresas. También parecen olvidar que los mismos que se excusan ahora con la creación de puestos de trabajo, recalificaron unos 150.000 m2 de suelo industrial en la Loma para construir chalés (el SUNP-4) en una promoción actualmente paralizada. Igualmente sonrojante es la actitud del actual alcalde pedáneo de Sámano, hasta la fecha colaborador necesario e interesado del proyecto que, coincidiendo con su defenestración política, sale ahora clamando por los errores y abusos cometidos en las obras de urbanización, despropósitos que venía ignorando hasta hace solo unos días.
Mientras tanto, continúan las obras de urbanización, en las que hemos podido observar el lamentable error de llevar la ampliación del polígono de Vallegón hacia la Peña; los desmontes son descomunales, los taludes atrincheran el río con técnicas de construcción mediante escollera que han sido desterradas de la Unión Europea, y que desprecian el paisaje fluvial; el lecho original de los ríos ha sido exterminado; los caminos en la cava quedan atrincherados entre montañas de tierra y hormigón; se han invadido zonas inundables; el impacto paisajístico y los daños ecológicos incalculables. Francamente, no sabemos dónde está la Consejería de Medio Ambiente ni la Confederación Hidrográfica para consentir este tipo de barbaridades.
Comité ejecutivo de CastroVerde, 25 de febrero de 2011.
(Pinchar sobre cada foto para ampliar)
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Plano del PSIR DE VALLEGÓN, según la aprobación del POL (Plan de Ordenación del Litoral, con una superficie de algo más de un millón de m2). En una primera instancia el Ayuntamiento era partidiario de la planificación global de toda el área; sin embargo el SICAN y la J. V. de Sámano optaron por desarrollar la primera fase, es decir, las zonas coloreadas en verdes próximas a la peña de Santullán.
Plano general de la ordenación de la primera fase del PSIR, en la que se diferencian una zona norte, en la Cava, cerca del barrio de la Torquilla, y una zona sur, definida por el río Tabernillas.
Una foto en la que puede observarse las zonas en las que la Plataforma para Salvar la Peña, proponía se desarrollara la ampliación de Vallegón, una zona de eucaliptal, propiedad de la Junta Vecinal de Sámano, al oeste de la fábrica de la Setra.
La propuesta esbozada que apoyaba la Plataforma, y que permitiría salvaguardar las zonas del PSIR próximas a la Peña. Ello significaría ordenas más de 800.000 m2 de superficie edificable, frente a los 166.000 de la primera fase que se desarrollan en la actualidad.
Las obras del PSIR, poco después de comenzar, en abril de 2010, concretamente en la zona sur, de la 1ª fase; al fondo el río Tabernillas y la Peña.
Ejecución de obra de escollera en el camino del Tabernillas.
Desmontes y taludes sobre afluente del río Tabernillas.
El desnivel sobre el lecho del río Tabernillas alcanza entre 5 y 7 m. en lagunas zonas, que han invadido al zona de dominio del río.
La obra urbanizadora ha arrasado la zona de servidumbre del río, incluyendo la vegetación de ribera, con un altísimo impacto ambiental; en la foto desmontes y escolleras cerca de La Cava.
Panorámica reciente de parte de la zona sur del polígono.
Vial y rotonda en la zona norte.
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